sábado, 24 de mayo de 2008

Embajada de Haití



A riesgo de un incidente internacional, conseguimos fotos inéditas de los containers en los que haitianos traen como valija diplomática sus materiales para hacer macumba

viernes, 16 de mayo de 2008

INDIANA JONES Y EL TEMPLO DE LA POSTMODERNIDAD

(Por Palef Suzzarini)

Aprovechando o en ocasión mas bien, de la visita del sociólogo Puertorriqueño Ramón Grossfoguel a nuestro país, fui convidado a acompañarlo a un extraño lugar llamado SUKA BAR, por supuesto y siendo que nuestro hermoso zoológico llamado Caracas está lleno o mordisqueado por la brejetería criolla, el lugar se encuentra en el ci es ai (C.S.I. o Centro San Ignacio).

A mi llegada, reacio por supuesto ya que soy alérgico a la estupidez y este centro comercial es un reservorio de la misma, me encuentro con un lugar que no tiene pies ni cabeza, dicho espacio contaba con la extraordinaria interpretación del Saxo de nuestro Pablo Gil (virtuoso de dicho instrumento) acompañado entre otros por el baterista Andrés Briceño (también virtuoso según entiendo), todo esto contrastando con un público similar al del bar de La Guerra de las Galaxias.

Para que entiendan un poco a que me refiero, paso a describir el sitio, aprovechando el ínterin para relatar mis angustias y desesperos. El espacio por supuesto sin luz, era como el Cordon Blue a la 6ª potencia (por los precios digo), un lugar sin decoración definida, con un corte Hindú, con detalles arabescos y algunos ribetes rusos, todo esto en un ambiente decadente con bola de espejitos dando vueltas en el techo incluido, semi-reservados tipo botiquín de la Baralt , con el toque de una cortinitas de tela blanca y un espejo en cada uno de estos.

No puedo dejar pasar las imágenes de diosas y elefantes en el local, que hacen juego con el televisor de plasma de 42” colgado en otra de las paredes, supongo que para ver los juegos de críquet o polo y diagonal al televisor un chinchorro familiar a 1,5 mts de altura, chinchorro de mecate donde cabían entre 6 y diez personas. Aquí comienzan mis angustias, el chinchorro que se encontraba a mis espaldas estaba siendo utilizado por un grupetillo de emos (ver: http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Emo) destacando en este grupo varias cosas, como por ejemplo, la presencia de dos doñas de mas de 45 años disfrazadas de tal y una joven de no mas de 27 con una franela negra que decía: if you’re a rich / I’m your bicth, o lo que es lo mismo en nuestro delicioso idioma, si tu eres rico, yo soy tu puta.

Pero esto no es nada, mientras un metro detrás de mi estaban los emos, a dos metros delante de mi y sin dejarme disfrutar la interpretación del grupo estaba un grupo de jóvenes (para no usar ningún tipo de calificativos que deslegitimen el relato) jugando al bobo itinerante, juego que consiste en pararse como si el local fuera una vidriera, exhibiendo una sonrisa bordada e inamovible que os lleva incluso a masticar el chicle con la boca abierta (no es fácil mascar chicle sonriendo, inténtelo) ; estos bobos (jugadores) se van turnado en su desfile, siempre atravesados, asumiendo que uno fue al local a verlos a ellos, mientras el mesonero humilde, atento y comprensivo intentaba persuadirlos para que dejaran de jugar y se sentaran.

Seguía la banda, el Saxo deleitaba los oídos de los asistentes, las parejas semi-acostadas en los semi-reservados iban concretando sus intenciones de horizontalizar la relación o la velada por lo menos, y los emos a nuestras espaldas cantaban el japi verdi tu llú a una de sus compañeras, si, mientras sonaba la banda, el bobo de la sonrisa bordada sacaba de su bolsillo una cajita de tic-tac de menta, que masticaba de nuevo con la boca abierta mientras sonreía y las emos se caían del chinchorro de mecates.

Se convertía así la noche en una experiencia mágico-religiosa, que se diluía en el comentario de una sifrina afrodescendiente a su grupo de amistades mientras abrasaba al bobo de la caja de tic-tac, el mismo de la sonrisa bordada: “… es que nosotros podemos hablar por horas, porque nos acabamos de dar cuenta que cumplimos años el mismo día…”

Lamento no presentar fotos, pero temía que al fotografiaros se molestaran e intimidaran o peor aún, me invitaran a compartir con ellos y enviarles las fotos por correo.

lunes, 12 de mayo de 2008

Las Hijas del Gordo




Estas niñas seguramente están rebosantes de orgullo, no solo por disfrutar de un escasísimo ejemplar en nuestro matrifocal país, que es más aún que tener padre, conocerlo, y que este te reconozca a ti. El amor filial del Gordo se hace extensivo a querer inmortalizar los nombres de sus vástagas que ya de por si merecen un lugar propio en el calificativo que la da nombre a esta galería, porque la verdad llamarse: Edimar, Greudizz, Greisis, o Yonarquis son causa eximente de responsabilidad por parricidio o matricidio según sea el caso.
Ahora bien, la justicia siempre presente cobra su tributo en los amenos juegos que se les puedan ocurrir a los abitues de esta prospera franquicia de los tableu du argent (Meson de plata), casi puedo escuchar el comentario que le harán al Gordo cuando aderezan la hamburguesa Yonarquiss con salsa de ajo............. así se la heché anoche a tu menol sueglo..........